Viaje a Vietnam | Circuito auténtico por los mil rostros del país
- en Apr 14, 2025       Por: admin
Este circuito auténtico por el país os invita a descubrir los mil rostros de Vietnam, desde las caóticas callejuelas de Hanói hasta las tranquilas playas de Phu Quoc. Entre tesoros geológicos, ciudades imperiales, mercados llenos de color y experiencias culinarias únicas, cada etapa de este recorrido es una inmersión fascinante en el alma vietnamita.
01. Hanói: primera parada de un viaje con encanto caótico
¿Es vuestra primera vez en Vietnam? Hanói es un choque cultural fascinante, un torbellino de vida que os envuelve desde el primer instante. Aquí, los cláxones sustituyen a los semáforos, las aceras se convierten enterrazas improvisadas y cada rincón cuenta una historia viva del país.
El Barrio Antiguo, con suscallejones estrechos que llevan nombres de antiguos oficios, os invita a pasear entre puestos coloridos, tiendas de comida callejera y casas tubulares tradicionales. Aquí se saborea un bún chả humeante o un café con huevo mientras se observa cómo la ciudad cobra vida a todas horas del día.
A pocos pasos de allí, el lago Hoan Kiem ofrece un remanso de paz. Rodeado de árboles centenarios, es escenario de los rituales matutinos de los habitantes de Hanói: tai-chi, caminatas lentas, charlas alegres. Aquí se cruzan corredores, jugadores de ajedrez y curiosos viajeros, en una atmósfera casi meditativa en medio del bullicio urbano.
Pero visitar Hanói es también sumergirse en una mosaico de influencias culturales. Desde la elegancia colonial de la Ópera hasta los discretos templos budistas como el de Ngoc Son, sin olvidar el Templo de la Literatura, joya del confucianismo en Vietnam. Siempre entre pasado y presente, la capital vietnamita cautiva con sus contrastes y su energía vibrante.
02. Encuentro auténtico con las minorías del norte de Vietnam
En las montañas del norte de Vietnam, cada curva del camino revela un nuevo lienzo de naturaleza pura y majestuosa. Desde los valles envueltos en neblina hasta las crestas vertiginosas, los arrozales en terrazas se despliegan por las laderas como obras de arte vivientes, moldeadas a mano durante generaciones. Estos paisajes encantadores conducen hacia un Vietnam
Ciudades como Sapa, Ha Giang o Bac Ha son auténticas puertas de entrada a un mundo aparte: el de las etnias minoritarias de Vietnam. Hmong negros, Daos rojos, Tay, Lô Lô… estos pueblos de trajes coloridos y costumbres preservadas viven al ritmo de las estaciones y de las cosechas. Aquí, cada sonrisa compartida, cada mirada curiosa y cada taza de té ofrecida se transforma en un instante único y profundamente humano.
A lo largo de los senderos de montaña, a menudo acompañados por un guía local, cruzaréis aldeas colgantes, encontraréis niños risueños camino a la escuela, tejedoras trabajando a la sombra de sus casas de madera y campesinos del arroz con los pies sumergidos en el agua. Estos encuentros auténticos, lejos del turismo de masas, dejan recuerdos imborrables y una nueva comprensión de la riqueza cultural de Vietnam.
Participar en un mercado étnico semanal, dormir en casa de una familia local en una vivienda sobre pilotes o asistir a un ritual ancestral... son experiencias que os conectarán con el alma profunda del país. Porque el norte de Vietnam es también eso: una tierra de encuentros sinceros y tradiciones vivas.
03.Cataratas de Ban Gioc: un tesoro natural que descubrir en tu circuito por Vietnam
En el corazón de un paisaje aún preservado del turismo de masas, las cataratas de Ban Gioc emergen como un espejismo entre las montañas del noreste de Vietnam, justo en la frontera con China. Envueltas en niebla y vegetación exuberante, estas impresionantes cascadas figuran entre las más grandes del sudeste asiático — y sin embargo, siguen siendo una joya secreta, reservada a los viajeros en busca de grandes espacios y autenticidad.
Con sus múltiples niveles de agua que se despliegan en una anchura de más de 300 metros, las cataratas de Ban Gioc ofrecen un espectáculo hipnótico, marcado por el rugido relajante del agua y los juegos de luz sobre la bruma. Súbete a una pequeña balsa de bambú para acercarte a la caída del agua y sentir toda su majestuosidad natural. Un momento de inmersión pura en la naturaleza, ideal para los amantes de la fotografía y la aventura.
Pero el espectáculo no termina ahí. A pie, puedes explorar el parque geológico Non Nuoc Cao Bang, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Este extraordinario territorio kárstico alberga cuevas espectaculares, arrozales en terrazas, pueblos tradicionales y formaciones rocosas sorprendentes. Pasear por este parque es también una oportunidad para encontrarse con etnias locales como los Nung o los Tay, que viven en armonía con su entorno.
Pocos lugares combinan con tanta fuerza la potencia de la naturaleza, la belleza serena y una riqueza cultural viva. Una etapa imprescindible para quienes desean descubrir un Vietnam salvaje y auténtico, lejos de los circuitos clásicos.
04. Bahía de Ha Long: un destino mágico entre el cielo y el mar
Símbolo absoluto de Vietnam, la Bahía de Ha Long es una auténtica obra de arte esculpida por la naturaleza. Sus picos kársticos, conocidos como “panes de azúcar”, emergen de las aguas esmeralda del Golfo de Tonkín como gigantes dormidos, creando un paisaje de fantasía inscrito en el Patrimonio Mundial de la UNESCO. No es de extrañar que este lugar haya sido clasificado entre las siete maravillas naturales del mundo.
Navegar entre estos islotes misteriosos a bordo de una junco tradicional es una experiencia suspendida en el tiempo, casi irreal. Ya sea al amanecer, cuando la niebla flota suavemente sobre el agua, o al atardecer, cuando las rocas se tiñen de tonos dorados, cada instante vivido en la Bahía de Ha Long es un auténtico encanto para los sentidos.
Pero la experiencia va mucho más allá del paisaje. Un crucero por la bahía de Ha Long puede incluir paradas en islas emblemáticas como Titop o Bo Hon, la visita a cuevas espectaculares como Sung Sot (la Cueva de la Sorpresa), o incluso un paseo en kayak entre lagunas secretas y aldeas flotantes. También se puede degustar mariscos recién pescados en la cubierta del barco, arrullado por el suave chapoteo del agua.
Para los viajeros que buscan tranquilidad, la bahía de Lan Ha o la bahía de Bai Tu Long —vecinas y mucho menos concurridas— ofrecen la misma magia natural con un toque adicional de serenidad. Una alternativa ideal para vivir Vietnam fuera de los circuitos habituales, sin renunciar al encanto hipnótico de la bahía.
Explorar la bahía de Ha Long es abrazar el alma mineral y acuática de Vietnam, entre cielo y mar, en un escenario que parece salido de un sueño.
05. Phong Nha y Tam Coc: un viaje fuera de los caminos trillados
En el corazón del centro de Vietnam, la naturaleza parece haber dado rienda suelta a su imaginación para crear dos lugares excepcionales: el parque nacional Phong Nha-Ke Bang y el paisaje kárstico de Tam Coc. Verdaderas obras maestras geológicas, estos destinos fascinan a los viajeros que buscan experiencias diferentes, aventuras auténticas y lugares fuera de los circuitos turísticos convencionales.
Comienza la aventura en Phong Nha-Ke Bang, parque nacional declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Este sitio alberga una de las redes de cuevas kársticas más impresionantes del mundo. Entre ellas se encuentra la cueva Son Doong, considerada la más grande del planeta, con dimensiones vertiginosas: hasta 200 metros de altura y 9 kilómetros de longitud. Al adentrarse en su interior, se entra en un mundo subterráneo casi irreal, donde la selva se oculta bajo tierra y formaciones rocosas milenarias desafían la imaginación.
Para los viajeros aventureros, existen expediciones en grupos reducidos que permiten explorar este universo místico, a menudo comparado con un escenario de ciencia ficción.
Más accesible, la cueva Thiên Đường (o cueva del Paraíso) es otro tesoro natural que no puedes perderte. Sus columnas de caliza, iluminadas por juegos de luces, revelan una belleza silenciosa y casi sagrada.
A unos cientos de kilómetros más al norte, Tam Coc ofrece una atmósfera completamente diferente, pero igual de mágica. Apodada la bahía de Ha Long terrestre, este valle fluvial bordeado de formaciones kársticas es un remanso de serenidad. A bordo de un sampán tradicional, déjate llevar suavemente por el río Ngo Dong, entre acantilados majestuosos, arrozales inundados, cuevas naturales y flores de loto. Aquí reina el silencio, solo interrumpido por el chapoteo del agua y el susurro de los juncos.
Explorar Phong Nha y Tam Coc es descubrir dos facetas complementarias del Vietnam geológico: una, espectacular y grandiosa; la otra, serena y contemplativa. Dos paradas esenciales para los amantes de la naturaleza, del misterio y de la belleza en estado puro.
06. Hué: inmersión en la historia imperial de Vietnam
Tranquilamente asentada a orillas del río Perfume, Huế es mucho más que una ciudad: es un viaje en el tiempo, al corazón de la historia imperial vietnamita. Antigua capital bajo la dinastía Nguyễn, fue el centro del poder durante más de un siglo. Aún hoy, visitar Huế es sentir la grandeza de un pasado glorioso y contemplativo.
El corazón palpitante de la ciudad es la Ciudad Imperial de Huế, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Inspirada en la Ciudad Prohibida de Pekín, alberga palacios refinados, murallas fortificadas, jardines secretos y pabellones poéticos. Al cruzar sus puertas, uno se adentra en el universo fastuoso de los antiguos emperadores vietnamitas, donde el arte, la arquitectura y la filosofía confuciana se entrelazan con armonía.
Pero el legado imperial de Huế no se detiene en sus murallas. En los alrededores, a lo largo de las orillas del río o escondidos entre los campos, se encuentran los mausoleos reales de Tu Duc, Khai Dinh y Minh Mang — verdaderas obras de arte integradas en la naturaleza, donde el silencio invita a la meditación. Cada uno de estos tumbas imperiales narra, a su manera, el destino de un soberano y las creencias de su época.
Explorar Huế es también sumergirse en una cultura refinada y espiritual: música tradicional, gastronomía imperial, artesanía delicada... El ritmo de la ciudad es lento y casi solemne, en marcado contraste con la efervescencia de otras ciudades vietnamitas. Al final del día, un paseo en barco-dragón por el río Perfume, acompañado por melodías clásicas, ofrece un momento de gracia atemporal.
07. Hoi An: el encanto eterno de una ciudad imprescindible en todo circuito cultural
Hoi An es un auténtico flechazo para el viajero. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, esta antigua ciudad mercante del centro de Vietnam parece sacada de un cuento. Pasear por sus calles empedradas, bordeadas de casas color mostaza con contraventanas de madera tallada y balcones adornados con buganvillas, es como retroceder en el tiempo, a la época en que comerciantes chinos, japoneses y europeos cruzaban caminos en este puerto próspero y cosmopolita.
La ciudad ha sabido conservar un patrimonio arquitectónico único, que mezcla influencias asiáticas y coloniales. Aquí se descubren templos chinos, casas de congregación, puentes antiguos e incluso el famoso puente cubierto japonés, verdadero emblema de Hoi An. En cada esquina, el ojo se deslumbra y la cámara de fotos no descansa.
Pero Hoi An es también una ciudad de ambiente mágico, especialmente al caer la tarde. Cuando el sol se despide, los farolillos multicolores se encienden poco a poco, iluminando la ciudad con una luz suave y acogedora. El río Hoai se transforma en un espejo que refleja un cielo lleno de luces, y los visitantes se dejan llevar por la magia del momento. Es costumbre soltar un farolillo flotante, susurrando un deseo… Un ritual sencillo pero cargado de emoción.
En cuanto a sabores, Hoi An tampoco decepciona. Considerada capital gastronómica de Vietnam, la ciudad conquista con especialidades locales como el cao lầu, las white roses o el bánh xèo. Entre pequeños restaurantes familiares, puestos de comida callejera y clases de cocina vietnamita, el viaje culinario en Hoi An es un auténtico deleite para los sentidos.
Encantadora de día y de noche, romántica, vibrante, auténtica... Hoi An encarna por sí sola la dulzura de Vietnam. Una parada imprescindible para todo viajero en busca de belleza y poesía.
08. Experiencia culinaria inolvidable en Vietnam
Si hay un aspecto en el que Vietnam conquista sin esfuerzo, es en el de su gastronomía. Rica, variada, colorida, la cocina vietnamita es una auténtica celebración del sabor, un equilibrio sutil entre dulzura, frescura y potencia aromática. Cada región del país ofrece especialidades locales que cuentan una historia, un origen, una influencia cultural.
En el norte, en Hanói, se empieza el día con un humeante bol de phở, la sopa emblemática con caldo claro, repleto de especias y acompañado de carne de res o pollo. También se disfruta del bún chả, con sus albóndigas a la parrilla servidas con fideos de arroz, hierbas frescas y salsa de nuoc mam. En el centro, la ciudad imperial de Huế propone una cocina refinada y delicada, heredada de los antiguos palacios, como los bánh bèo, pequeñas tortitas de arroz con camarones secos.
En el sur de Vietnam, alrededor de Saigón (Ciudad Ho Chi Minh), los platos tienden a ser más dulces, realzados por el uso generoso de leche de coco. Aquí se degustan delicias como el bánh xèo (crujientes crêpes de arroz con cerdo y camarones) o el famoso bánh mì, sabroso legado de la colonización francesa y hoy en día símbolo del street food vietnamita.
Pero no se trata solo de lo que se come, sino también de dónde y cómo se come. En plena calle, sentado en pequeños taburetes de plástico junto a los locales, o en una antigua casa de té, cada comida se convierte en una experiencia cultural inmersiva. Los mercados tradicionales, como Dong Ba en Huế o Ben Thanh en Saigón, ofrecen un festival de aromas, ingredientes coloridos y descubrimientos inesperados.
Un viaje a Vietnam es también un recorrido gastronómico, donde los platos se transforman en recuerdos. Las hierbas frescas, la hierba limón, el jengibre, la salsa de pescado (nuoc mam) y la albahaca tailandesa conforman la base de una cocina única en el mundo: saludable, sabrosa y siempre sorprendente.
09. Mercados vietnamitas: una inmersión local auténtica que no te puedes perder
Para sumergirse en el alma de un país, nada mejor que pasar por sus mercados tradicionales. En Vietnam, están por todas partes. En Hanói, Huế, Sapa, en los pueblos de montaña o sobre los ríos del sur, los mercados vietnamitas son una verdadera celebración de la vida cotidiana. Aquí, el comercio es cuestión de proximidad, tradición y sentidos en alerta.
Desde el amanecer, los puestos cobran vida en un ballet de colores y aromas. Los gritos de los vendedores, el perfume del cilantro, del pescado seco o de la sopa phở, los cestos de verduras recién cosechadas… todo vibra en una atmósfera tan frenética como acogedora. Se va tanto a comprar como a conversar, observar, probar… o simplemente ver pasar la vida.
En el norte de Vietnam, especialmente en Bac Ha o Sapa, los mercados étnicos son auténticos encuentros semanales para las minorías Hmong, Dao, Tay o Nung. Ataviados con trajes tradicionales, bajan desde las montañas para vender su artesanía, intercambiar ganado o compartir un momento de convivencia. Un espectáculo colorido, lleno de auténtica humanidad.
Más al sur, rumbo al Delta del Mekong, donde se revela uno de los rostros más pintorescos de Vietnam: los mercados flotantes. El más famoso, Cái Răng, cobra vida con las primeras luces del día. Decenas de barcos de madera, cargados de frutas tropicales, verduras, flores o arroz, se deslizan por el agua mientras los vendedores anuncian sus productos a viva voz o mediante largas pértigas de bambú. Es una escena única y vibrante, que refleja un modo de vida tradicional íntimamente ligado al río.
Visitar un mercado vietnamita es mucho más que una simple parada turística. Es un momento de intercambio y autenticidad, una invitación a observar, escuchar, oler, conversar... En definitiva, a vivir Vietnam tal como es: vibrante y auténtico.
10. Mui Ne y Nha Trang: escapadas de playa para incluir en tu viaje a Vietnam
Cuando se piensa en Vietnam, vienen a la mente sus arrozales, montañas o mercados flotantes… pero el país también cuenta con una costa magnífica, ideal para una escapada de playa entre dos aventuras. Mui Ne y Nha Trang, situadas en el sureste de Vietnam, ofrecen dos rostros distintos pero complementarios del viaje junto al mar.
En Mui Ne, el paisaje sorprende desde el primer instante. Este pequeño pueblo pesquero se abre a un escenario insólito de dunas de arena roja y blanca que evocan el desierto. Se viene aquí para hacer sandboard, caminar descalzo sobre la arena aún tibia al amanecer, o explorar el Fairy Stream, un pequeño cañón de rocas esculpidas por el tiempo. Una escapada lunar y poética, tan lúdica como contemplativa.
Un poco más al sur, Nha Trang te recibe con sus playas de arena blanca, bordeadas de palmeras y bañadas por un mar de azul cristalino. Más desarrollada que Mui Ne, esta estación balnearia sigue siendo una de las más populares de Vietnam. Aquí encontrarás una gran oferta de hoteles, restaurantes, spas y centros de deportes acuáticos. Los amantes del relax disfrutarán de las aguas termales de Thap Ba, mientras que los más activos podrán practicar buceo, snorkel o kayak.
Los apasionados del mundo submarino no querrán perderse una excursión a las islas Cham o al archipiélago de Con Dao, aún relativamente preservados del turismo de masas. Allí, los corales multicolores, peces tropicales y playas desiertas crean un escenario idílico para vivir una auténtica experiencia marina.
11. Ciudad Ho Chi Minh: metrópolis vibrante, etapa clave de un circuito por el sur de Vietnam
Antiguamente conocida como Saigón, Ciudad Ho Chi Minh encarna el Vietnam moderno: dinámico, enérgico y en constante transformación. Situada en el extremo sur del país, esta metrópolis vibrante fascina por sus contrastes sorprendentes. Rascacielos audaces, centros comerciales ultramodernos y cafeterías de moda conviven con pagodas tranquilas, mercados tradicionales y vestigios de la época colonial.
En el centro histórico de Saigón, aún se percibe el aliento de la Indochina francesa. La majestuosa Oficina Central de Correos, diseñada por Gustave Eiffel, es un claro ejemplo, al igual que la Catedral de Notre-Dame, construida con ladrillos rojos importados de Marsella. Estos edificios, marcados por la elegancia europea, hoy se mezclan con las torres de cristal que simbolizan el vertiginoso crecimiento económico de Vietnam.
Pero explorar Ciudad Ho Chi Minh es también sumergirse en una atmósfera vibrante, la de mercados bulliciosos como Ben Thanh, donde se negocian frutas exóticas, telas brillantes, especias y souvenirs artesanales en un tumulto alegre. Es sentarse en una terraza callejera para saborear un bánh mì crujiente, observar las filas interminables de motos o escuchar las historias de locales curiosos y hospitalarios.
Para los apasionados de la historia, la ciudad también alberga lugares conmovedores como el Museo de los Restos de la Guerra, impactante testimonio del conflicto con Estados Unidos, o los túneles de Cu Chi, a pocos kilómetros, restos subterráneos de la resistencia vietnamita.
Ciudad Ho Chi Minh es el latido del Vietnam contemporáneo, donde el pasado y el futuro se entrelazan con intensidad. Una ciudad que nunca duerme, siempre en movimiento, que revela tras su ritmo frenético una identidad profunda y una calidez humana innegable.
12. Phu Quoc: una isla secreta para descubrir al final del circuito
Para cerrar con broche de oro tu aventura por Vietnam, pon rumbo a Phu Quoc, la isla más grande del país, un verdadero tesoro tropical enclavado en el Golfo de Tailandia. Conocida con razón como la isla de los mil tesoros, Phu Quoc encarna la esencia de la evasión: playas de arena blanca, aguas turquesas, selvas exuberantes y una atmósfera serena componen un paisaje digno de un sueño.
Lejos del bullicio de las grandes ciudades, Phu Quoc ofrece una pausa fuera del tiempo. En la costa oeste, playas como Long Beach o Sao Beach invitan al relax, al snorkel o a largos paseos al atardecer. Para los amantes de la naturaleza, el interior de la isla guarda verdaderas joyas: la selva tropical del Parque Nacional de Phu Quoc, declarado reserva de la biosfera por la UNESCO, o el manantial de Tranh, perfecto para refrescarse en el corazón de la jungla.
Los amantes de la vida local también disfrutarán de una visita a los mercados nocturnos de Duong Dong, donde se mezclan pescados a la parrilla, frutas tropicales y artesanía local en un ambiente animado y acogedor. Es además una excelente ocasión para probar el nuoc mam local, la famosa salsa de pescado fermentada que es motivo de orgullo en la isla.
Cada vez más accesible gracias a su aeropuerto internacional, Phu Quoc ha logrado conservar un aire de misterio y autenticidad. Lejos de las estaciones balnearias masificadas del sudeste asiático, sigue siendo un remanso de paz, ideal para terminar un viaje por Vietnam con tranquilidad y armonía. Ya sea en pareja, en familia o viajando solo, este es el lugar perfecto para convertirse en un moderno Robinson Crusoe y recargar energías en contacto con una naturaleza generosa.
Vietnam: una aventura inolvidable para todo viajero
De norte a sur, este viaje por Vietnam te sumerge en un universo de mil matices: paisajes kársticos majestuosos, aldeas étnicas remotas, ciudades cargadas de historia y momentos de intercambio auténtico.
Ya seas apasionado por la cultura, amante de la naturaleza o simplemente estés en busca de nuevas emociones, este circuito es una promesa de evasión inolvidable.
¿Listo para vivir Vietnam de otra manera? Contáctanos para crear tu circuito a medida y déjate llevar por el descubrimiento del alma vietnamita.
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